La ansiedad ocasional es una parte común en nuestras vidas. Puedes preocuparte por temas como salud, dinero o problemas familiares. Pero las personas con trastorno de ansiedad se sienten extremadamente preocupadas por estas y otras circunstancias, incluso cuando no existe razón para ello.
¿Qué causa los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad pueden ser heredados, pero no se sabe con exactitud porqué algunos miembros de la familia lo tienen y otros no. Hay zonas en el cerebro, así como procesos biológicos, que juegan un rol importante en el desarrollo del miedo y la ansiedad.
Tienden a desarrollarse lentamente. A menudo empieza en la adolescencia o adultez temprana. Los síntomas pueden ser:
Preocupación excesiva acerca de tareas diarias.
Incapacidad de controlar las preocupaciones y/o el nerviosismo.
Saber que te preocupas más de lo que deberías.
Sentirse inquieto y no poder relajarse.
No poder concentrarse.
Tener dificultad para empezar a dormir o seguir durmiendo.
Dolores de cabeza, contracturas musculares, dolor estomacal o dolores “inexplicables”.
Temblores o tics.
Sudoración excesiva, mareos o dificultad para respirar.
Ir constantemente al baño.
Estos síntomas pueden empeorar durante circunstancias de estrés, como una enfermedad física, exámenes académicos y/o conflictos familiares o de pareja.
¿Cómo se trata el trastorno de ansiedad?
Primero, conversa con tu médico de cabecera sobre tus síntomas. Es importante realizar un examen médico completo y conocer tus antecedentes médicos para asegurarse de que una condición médica no está ocasionando estos síntomas. Una vez descartado, es importante que seas evaluado por un profesional de la salud mental, como un psiquiatra. El trastorno de ansiedad puede ser tratado con psicoterapia, medicación o ambos. Conversa siempre con tu médico acerca de cuál es el tratamiento más conveniente para ti.
