20 de marzo: Día Internacional de la Felicidad - Aceptación y Compromiso
El Día Internacional de la Felicidad, proclamado por la Asamblea General de la ONU en 2012, nos invita a reflexionar sobre el significado de la felicidad y su impacto en nuestras vidas. Sin embargo, es importante entender que la felicidad no es un destino fijo, sino un estado transitorio que convive con una amplia gama de emociones humanas, incluidas aquellas que pueden resultar incómodas o desafiantes.
¿Qué es la felicidad?
A menudo, la sociedad nos transmite la idea de que ser felices implica estar en un estado constante de alegría y bienestar. Pero la felicidad, desde una perspectiva psicológica, es un estado de bienestar subjetivo que fluctúa a lo largo del tiempo y depende de diversos factores como nuestras relaciones, propósitos de vida y capacidad de afrontamiento ante las dificultades.
La teoría de la Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) nos recuerda que, en lugar de evitar el malestar, es más beneficioso aprender a aceptarlo y vivir en coherencia con nuestros valores.
Aceptación: abrazar la experiencia humana completa
Aceptar nuestras emociones, tanto positivas como negativas, es clave para desarrollar una visión más realista y saludable de la felicidad. Las emociones como el miedo, la tristeza o la frustración son parte natural de la vida y cumplen una función adaptativa.
Algunas estrategias para practicar la aceptación incluyen:
Identificar y nombrar las emociones sin juzgarlas.
Evitar la lucha constante contra el malestar. No siempre podemos controlar lo que sentimos, pero sí nuestra respuesta ante ello.
Practicar la autocompasión. Tratarse con amabilidad en momentos difíciles permite reducir el impacto negativo de las emociones desafiantes.
Compromiso: construir una vida significativa
Más allá de la búsqueda constante de la felicidad, enfocarnos en lo que realmente nos importa puede traer bienestar duradero. Vivir según nuestros valores, estableciendo metas alineadas con ellos, nos da un sentido de dirección y satisfacción personal.
Algunas formas de aplicar el compromiso incluyen:
Definir qué es valioso para ti. Reflexiona sobre aquello que te da propósito.
Tomar acciones concretas hacia esos valores. Puede ser fortalecer relaciones, aprender algo nuevo o contribuir a la comunidad.
Aceptar que el camino incluirá desafíos y momentos de malestar. Esto no significa que estés fracasando, sino que estás viviendo plenamente.
La felicidad en el ámbito de la salud mental y el bienestar
Para el personal de salud, el concepto de felicidad también tiene una relevancia especial. Trabajar en entornos de alta exigencia emocional puede generar estrés, agotamiento y desgaste profesional. En este sentido, es vital que los profesionales de la salud también practiquen la aceptación y el compromiso, cuidando su propio bienestar mientras ayudan a otros.
Recomendaciones para el personal de salud:
Fomentar el autocuidado. Reservar tiempo para descanso y actividades que generen bienestar.
Buscar apoyo profesional si es necesario. La salud mental de los cuidadores también es prioritaria.
Practicar la resiliencia emocional. Aceptar que el trabajo en salud implica desafíos constantes, pero también es una fuente de satisfacción y crecimiento personal.
La felicidad no significa ausencia de malestar, sino la capacidad de transitar todas las emociones con apertura y autenticidad. Aprender a aceptar nuestras experiencias y comprometernos con lo que nos da sentido nos permite construir una vida más plena.
Este 20 de marzo, celebremos la felicidad como un proceso en constante evolución y valoremos la importancia de las emociones, incluso aquellas que nos desafían.