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Trastorno por Uso de Sustancias (TUS)

El TUS abarca un amplio espectro de problemas con el consumo de sustancias (alcohol, tabaco, cocaína, entre otros), que van desde el abuso, consumo perjudicial y dependencia. De acuerdo a la severidad del trastorno, la búsqueda y el consumo se vuelven incontrolables. El TUS no es una enfermedad de la voluntad, si bien es cierto la persona empieza a consumir por iniciativa propia, la exposición prolongada a la sustancia altera la función cerebral.

Con el tiempo se ven afectadas zonas cerebrales que intervienen en la motivación y recompensa, el aprendizaje, la memoria y el control de impulsos.

 
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¿Cuáles son los síntomas del TUS?

  • Consumo de grandes cantidades de sustancia durante un tiempo más prolongado de lo previsto.

  • Deseo de dejar o controlar el consumo sin éxito alguno.

  • Inversión de gran parte del tiempo en conseguir la droga, consumirla y recuperarse.

  • El consumo continuo puede llevar al incumplimiento de actividades académicas, laborales, etc.

  • Gran apetencia de consumo.

  • Se usa la sustancia aún en situaciones de potencial riesgo físico de sí mismo u otros.

  • Necesita cada vez mayor cantidad de la sustancia para lograr el efecto deseado.

  • Cuando trata de dejarla, nota que se siente irritado, ansioso, presenta síntomas físicos (dolor abdominal, temblores, etc), entre otros síntomas que varían de acuerdo a la sustancia que se consuma.

¿Cuál es el tratamiento del TUS?

Para empezar, es necesario saber que el TUS es tratable, aún así no existe un tratamiento único que sirva para todas las personas. El tratamiento es multidisciplinario y abarca las necesidades del individuo, no solo su consumo de sustancias. La consejería o intervención breve es de ayuda para generar conciencia de enfermedad. De acuerdo a la severidad del trastorno se debe considerar el uso de medicación, a fin de tratar los síntomas de abstinencia y la descontinuación del uso de sustancias.

Asimismo, es necesario descartar otros trastornos psiquiátricos y enfermedades médicas, siempre educando a la persona respecto a los riesgos potenciales del consumo continuo. Para tal labor es necesario ser evaluado por un profesional de la salud mental que esté especializado en adicciones, quien decidirá – en compañía del paciente y su red de apoyo – el tratamiento más apropiado.

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