En algún momento todos nos podemos sentir tristes o decaídos, pero estas emociones a menudo pasan con el tiempo. La depresión es un trastorno del ánimo que causa síntomas agobiantes que afectan cómo te sientes, piensas y realizas tus actividades diarias, como dormir, comer o trabajar.
¿Qué causa la depresión?
Las investigaciones a nivel internacional sugieren que la combinación de factores genéticos, biológicos, ambientes y psicológicos juegan un rol importante en la depresión.
La depresión puede ocurrir en compañía de otras enfermedades, como diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas o la enfermedad de Parkinson. En algunas ocasiones la medicación para estas enfermedades ocasiona efectos secundarios que generan síntomas depresivos.
Los síntomas varían de acuerdo a la persona y algunos pueden ser:
Dificultad para dormir, insomnio de continuación o excesiva somnolencia.
Cambios en el peso y/o apetito.
Ideas de muerte y/o intentos de suicidio.
Inquietud o irritabilidad.
Dolor de cabeza, contracturas musculares, problemas gastrointestinales sin una causa física clara o que no ceden con tratamiento.
Ánimo triste o ansioso persistente.
Sensación de desesperanza o pesimismo.
Sensación de culpa, invalidación o desesperación.
Pérdida de interés en realizar actividades o pasatiempos.
Disminución de energía o fatiga.
Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
¿Cómo se trata la depresión?
El primer paso es conseguir un tratamiento personalizado en salud mental. Con un examen apropiado, una entrevista y un descarte de otras condiciones médicas, la depresión puede ser tratada con medicación, psicoterapia o una combinación de ambos. El éxito del tratamiento está en mantener una continua comunicación con tu médico, quien resolverá todas tus dudas e inquietudes durante el tratamiento.
